Era tarde en una mañana del otoño de 2006. Casi un año antes, Steve Jobs había encomendado a cerca de 200 de los mejores ingenieros de Apple la creación del iPhone. Aún ahí, en la sala de juntas de Apple, era claro que el prototipo todavía era un desastre. No solo tenía errores, simplemente no funcionaba. El teléfono constantemente cortaba las llamadas, la batería dejaba de cargar antes de que estuviera llena, datos y aplicaciones rutinariamente se volvieron corruptas e inusables. La lista de problemas parecía interminable. Al final del demo, Jobs ordenó a la docena de personas en la sala con una mirada de altura y dijo “Todavía no tenemos un producto”.
El efecto era mucho mas aterrador que uno de los berrinches patentados de Jobs. Cuando el jefe de Apple le gritó a su staff, fue de miedo pero familiar. Esta vez, su relativa calma fue enervante. “Fue una de las pocas veces en Apple que me dio calofríos” dice alguien que estaba en la reunión.
via: Tu iPhone